El postergado diseño de la nueva institución ingresará en octubre al Congreso. Habrá dos subsecretarías una de Arte y otra de Patrimonio y un consejo que propondrá políticas. tambien se analizará el futuro de los museos nacionales.
Cuando se trata de controversias limítrofes y política exterior se dicen cosas como: "Es un tema de Estado" o "en esto no hay gobierno ni oposición".
Ernesto Ottone, el ministro presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), quiere que con la cultura ocurra lo mismo: "Cuando se enfrentan temas internacionales, nadie debate que se trata de posturas de Estado, toda la amalgama posible de partidos políticos sostiene que hay un mismo propósito. La cultura es un tema de Estado".
En esa ruta que hace de la política cultural algo tan cardinal como la exterior, quizá el hito mayor sea la creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que promete terminar con la dispersión y superposición de esfuerzos entre el CNCA y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).
El hito comenzó a levantarse cuando en el último año del gobierno de Sebastián Piñera se ingresó al Congreso el proyecto de ley que creaba la nueva institucionalidad. La idea de legislar fue aprobada unánimemente en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados; sin embargo, el nuevo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet anunció que se ingresaría una "indicación sustitutiva" con un nuevo proyecto.
La promesa fue tenerla dentro de los cien primeros días de su mandato, pero luego, en línea con el convenio 169 de la OIT, se decidió hacer una consulta indígena (además de una ciudadana) que alargó los plazos: la entonces ministra de Cultura, Claudia Barattini, dijo que el proyecto estaría listo "antes del 21 de mayo" de 2014. No se pudo. Luego habló de "octubre o diciembre". No se pudo. Finalmente sería en mayo de este año, pero tampoco pudo ser porque la Presidenta Bachelet decidió removerla y poner en su lugar a Ernesto Ottone.
Al llegar al CNCA, Ottone se comprometió a tener la indicación sustitutiva en el segundo semestre de este año. Ahora, dice, el trabajo está "tan avanzado" que ingresará al Congreso dentro de los primeros quince días de octubre. Para lograrlo fichó como asesora legislativa a Nivia Palma, ex coordinadora nacional del Fondart, ex secretaria ejecutiva del Consejo Nacional del Libro y la Lectura y ex directora de la Dibam.
En el nuevo proceso se revisaron los documentos generados por las distintas comisiones, mesas y cabildos realizados desde los años noventa a la fecha para pensar la institucionalidad cultural y patrimonial. "Toda".
Tras ese trabajo se constató que, a pesar de la creciente inversión que ha hecho el Estado, "se ha acrecentado la brecha de acceso a bienes y servicios culturales". Cuando uno ve que en los sectores ABC1 siete de cada diez personas lee, mientras que en el D son tres de cada diez, tú dices 'no puede ser'". "Nuestra misión no es solamente dar grandes infraestructuras a ciudades como Santiago, Concepción, Valparaíso, Valdivia o La Serena, sino que también poder entregar en el pueblo más remoto algún bien y servicio cultural de calidad. Sentirse parte de la sociedad es tener un buen consultorio médico, es tener un buen colegio -ojalá público, de calidad y gratuito- y también tener un espacio cultural que cuente con una infraestructura donde una persona pueda desarrollar sus aptitudes artísticas, sociales y comunitarias".
La nueva propuesta sigue el modelo de "un ministerio fuerte con dos subsecretarías", "Una de Arte, Ciudadanía, Fomento y Economía Creativa, y la otra en torno a Patrimonio, que también recoge lo popular y lo tradicional". Dentro de esta última estarán las instituciones nacionales:
los museos de Bellas Artes, de Historia Natural, Histórico y la Biblioteca y el Archivo Nacional, las que, sin embargo, se relacionarán directamente con el ministro. Además, estarán las secretarías regionales ministeriales (seremi).
Se mantiene, aunque mucho más ampliado el Consejo de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Son diecinueve integrantes, de los cuales solo cinco son funcionarios públicos. Por lo tanto, hay una presencia muy fuerte de la sociedad civil en esta propuesta".
Ese Consejo le propondrá políticas, planes y programas al ministro, además de participar en la selección de evaluadores y jurados para los distintos concursos y premios que hoy entrega el CNCA, entre otras funciones. Se mantienen los consejos sectoriales de la Música, del Libro y la Lectura y Audiovisual, asentados administrativamente en la Subsecretaría de Arte. A ello se suman los consejos regionales, tal como existen hoy, que le propondrán políticas y planes al respectivo seremi.
Como resultado de la consulta indígena, se incluye entre las funciones de la nueva secretaría de Estado, y las atribuciones del ministro, el reconocimiento cultural de los pueblos originarios y el Consejo Nacional tendrá representantes de dichos pueblos.
Habrá un Sistema Nacional de Archivos, un Sistema Nacional de Bibliotecas y un Sistema Nacional de Museos. Y eso estará dentro de la Subsecretaría de Patrimonio.
Se crea una Subsecretaría con divisiones que se hacen cargo de ciertas temáticas. Por ejemplo, habrá una gran división de Patrimonio Material e Inmaterial [trabajados hoy por separado en la Dibam y el CNCA, respectivamente].
Además, se trabaja en leyes para las Artes Visuales, Artesanía y una grande que es la Ley de Patrimonio,
Según explican en el CNCA, hoy legalmente no existe esa secretaría ejecutiva, de modo que en la ley se crea. Pero no solo eso, pues el personal de la repartición, que hoy en la mayoría de los casos trabaja a honorarios, pasa al futuro ministerio en calidad de contrata.
¿Hay alguna innovación con respecto a los Premios Nacionales?
Sí, en el proyecto de ley todos los Premios Nacionales que son del ámbito de la Cultura Literatura, Música, Artes de la Representación y Audiovisual, Artes Visuales pasan a depender del Ministerio de la Cultura.
Durante el gobierno de Sebastián Piñera se compró el abandonado Palacio Pereira, en el centro de Santiago, y se anunció que sería la sede de la institucionalidad patrimonial. Ese es el sueño, que la institucionalidad del ministerio pase allá. Pero es un sueño, eso no está conversado, no está discutido. Un ministerio de esta envergadura debería tener, tal como lo tenemos en Valparaíso, un edificio patrimonial simbólico.
extracto entrevista diario el mercurio