lunes, 28 de noviembre de 2016

Con quien se identifica; Clase media o clase media emergente

Con más recursos económicos, mayor escolaridad, pero más individualista. Así ha evolucionado la clase media chilena en los últimos cinco años.

La clase media es un término difícil de encasillar en un grupo en específico de la población y, de hecho, un gran porcentaje se autodenomina habitualmente como tal. Sin embargo, si consideramos los datos de la encuesta Casen y tomando exactamente la población que está justo en la mitad de la distribución de ingresos (el Tercer Quintil), hay varias tendencias que se han mantenido durante los últimos años.

De hecho, en términos de ingresos, se ve una evolución positiva tomando incluso los últimos diez años. Si en 2006 el ingreso del hogar de este grupo llegaba a $478.066, en 2015 totalizaba $625.593, ambos datos descontando inflación, con lo que el alza real de ingresos fue de 30% en 10 años, 8 puntos por sobre el aumento a nivel de la población total. Con esto, ese ingreso promedio en 2015 es equivalente al 72,8% del ingreso nacional, 4,5 puntos porcentuales más que en 2006 y 3,5 pp por encima de lo registrado en 2011.

Asimismo, en el tercer quintil el 64,9% dice vivir en una vivienda propia, cuatro puntos más que en el quintil de mayores recursos, dando cuenta de la mayor valorización por este ítem.

Mientras en Europa y en EEUU la clase media fue afectada por la pérdida de la vivienda; en Chile han sufrido un encarecimiento del costo de la vida principalmente en las ciudades grandes Santiago, Concepción donde los servicios básicos han aumentado de precio, la movilización, la educación, lo que ha provocado una reducción de sus ingresos. Se encuentran con restricciones claves a la hora de mejorar su bienestar como ir de vacaciones, o salir fuera de casa, o ahorrar para una vivienda.

La clase media en Chile es una población con ingresos que le permiten cubrir las necesidades básicas, pero no cuentan con una holgura importante para enfrentar cambios relevantes en los ingresos. 

Estudios señalan que la clase media ha ido creciendo hacia ocupaciones de mayor estatus, tienen más educación, mayor acceso al consumo, pero la pregunta es hasta qué punto esas posiciones son estables y traen consigo mayor calidad de vida. La vulnerabilidad de este sector genera gran discusión porque pueden caer a la pobreza o al endeudamiento. 

Hay que tomarse con precaución lo del crecimiento de la clase media, porque no es firme ni arraigado, pues al dejar la pobreza dejan muchas formas de apoyo porque no hay políticas universales que beneficien a este grupo. Los nuevos factores multidimensionales pueden mostrar que el panorama no es tan optimista.

La clase media queda “flotando”, entre los sectores de más altos ingresos que se insertan en la sociedad a través del mercado, y los más vulnerables que son beneficiarios de la ayuda estatal, por lo tanto no se apropian de una definición.

Es ahí donde se concentra la abstención electoral, porque al no tener clara su posición no pueden tomar definiciones, no saben dónde están parados ni se definen por el lugar que habitan. Hay una tendencia al individualismo que se traduce en una falta de correspondencia con las normas sociales, sólo les interesa su futuro, su vida privada.

Ese nivel de inconformismo lo hace presa más fácil para discursos electorales más disruptivos. Los altos niveles de malestar social, las incongruencias de estatus, lo transforman en caldo de cultivo para nuevas ofertas políticas fuera del repertorio tradicional de los dos bloques establecidos.
extracto tomado de pulso.cl

martes, 8 de noviembre de 2016

Sin no entiendes algo hazte un mapa mental, puede ser de gran ayuda

Estudiar dibujando estás cerca de rendir tus exámenes de fin de año, pero todavía hay materias que se te van en collera. ¿Qué hacer? Quizá sea momento de probar con los mapas mentales. 
Esta técnica de aprendizaje mezcla dibujos, símbolos, flechas y palabras. Es un método que agarró fuerza en la década de los 90 de la mano del escritor británico Tony Buzan, quien popularizó su uso en el ámbito educativo y empresarial. 

Los mapas mentales son diagramas que representan vínculos de ideas de una manera ilustrativa. Por lo mismo, son muy útiles para recordar por proximidad de significados o emociones. Funcionan en base a unir ideas por medio de líneas e ilustrar con dibujos simples pero llamativos, para apoyar la recordación y la capacidad de idear.

El estudio cunde más con un mapa mental, pues muestra la información tal como la procesa nuestro cerebro.

El pensamiento no siempre es lineal. Cuando tomas apuntes escribes secuencialmente una idea detrás de otra. En cambio, el cerebro es una estructura orgánica más integral que va relacionando ideas. El mapa mental es una estructura gráfica que imita ese funcionamiento; por lo tanto, nuestro cerebro asimila mejor la información que contiene un mapa porque está más de acuerdo a cómo él la procesa.

la importancia de mapear 
Puede ser una fórmula para no aburrirte en clases. sino puedes concentrarte sin dibujar, puedes aprender a recordar lo que significan los dibujos y su ubicación en el espacio. Así lograras memorizar mucha información y verla en tu cabeza en las pruebas.

Aspectos importantes al hacer un mapa mental
  • Identificar el tema central y asociarlo a una figura dibujada en el centro de una hoja, como puede ser un corazón si se habla de emociones. 
  • Escribir en torno a esa idea central los conceptos asociados. En el ejemplo de las emociones, podría haber uno con teorías de las emociones, otro con estrategias y otro con trastornos asociados.
  • Luego se debe contar con una pauta de los contenidos mínimos a asociar y empezar a vincularlos desde el centro hacia fuera, usando líneas. Ayuda usar otras imágenes, como puede ser una balanza si se está hablando de mantener el equilibrio emocional. Finalmente, se debe asociar otros conceptos que ayuden a recordar o a componer el mapa usando colores y figuras. 
  • Al cabo, el resultado es un diagrama con una figura grande al medio y ramas hacia afuera, cada una orientada por temas diferentes. Es conveniente usar muchos colores, porque la particularidad de este tipo de diagrama es que apela al pensamiento creativo y a la memoria por asuntos no semánticos. 
Cómo hacer un buen mapa 
  • Usar la hoja en formato horizontal da más posibilidad de extenderse y dedicar espacios simétricos a la información.
  • Para quienes no han hecho nunca un mapa, sugiero ensayar armando uno de alguna charla TED en YouTube: son cortas, puedes volver atrás si necesitas verificar algo y disminuyes la frustración de los primeros intentos fallidos.
  • Agrega a cada tema un dibujo que lo represente. La mejor forma de poder estudiar con un mapa es con los dibujos.
  • Lo importante es no ponerse límites y no tener como norte que quede bonito. Los mapas pueden llegar a ser objetos estéticos, pero primero deben ser funcionales.
  • No hacer borradores. La mejor forma de aprender es equivocarse muchas veces. Sugiero usar lápices que no se puedan borrar para perder el miedo a equivocarse.