A pesar de que el escenario para la innovación podría considerarse crítico, varios expertos destacan el aporte personal de los emprendedores que decidieron echar a andar un proyecto con sus propios medios.
Este es el caso de la aplicación para dispositivos móviles El Telón, un emprendimiento creado por Gustavo Morandé. Este ingeniero comercial de la Universidad Católica vio en la transmisión de contenidos vía streaming, distribución digital de material multimedia en vivo, una oportunidad.
“Comenzamos como una empresa proveedora de streaming. Como trabajábamos en el tema, nos dimos cuenta de que a las personas les costaba mucho acceder desde sus celulares a las señales streaming de las radios, la televisión, etc. Era muy enredado, ya que cada medio tiene su propia aplicación. Así nace la idea de agrupar todas las señales de streaming que existen en Chile en una sola aplicación. Fue para solucionar ese problema”, explica Morandé.
Como se puede apreciar, lo que hizo fue perfeccionar un servicio ya existente, acomodando sus características a las necesidades de los usuarios.
Una situación similar es la que presenta el caso de Enrique Allué y Conversiones San José (CSJ), una empresa dedicada al equipamiento de vehículos.
La historia comenzó hace más de 80 años, cuando José Allué Barea tuvo la idea de empezar a equipar automóviles. Al comienzo fue lo básico: tapicería, pintura, etc., nada muy elaborado. Pero, paulatinamente, han ido integrando la innovación a sus servicios hasta transformarla en una empresa líder en el país, en cuanto a la comercialización de ambulancias, autos de seguridad, etc. Todo, made in Chile.
“Lo que nosotros hacemos es comprar un vehículo y transformarlo en una ambulancia, todo acá en Chile”, explica Enrique Allué, nieto del fundador de la empresa y actual gerente general de la misma.
Según explica, la innovación ha sido algo clave en la trayectoria de su empresa. “La innovación es lo que hace subsistir a una compañía; si una empresa no es innovadora está condenada a morir”, La innovación fue justamente lo que unió a CSJ con Nanotec Chile, la única empresa en el país que se dedica a la investigación y desarrollo de nanotecnología. Entre ambas desarrollaron Biogelcoat, un recubrimiento que se aplica en las ambulancias acondicionadas por CSJ, que asegura eliminar el 99% de los virus y bacterias.
Pero en Chile no sólo innovan los chilenos, acá también se reciben emprendedores con buenas ideas, como el caso de Jack Fischl, un emprendedor estadounidense que llegó al país gracias al programa Start-Up Chile.
“Mi socio y yo fuimos parte del Cuerpo de Paz, una organización del gobierno de Estados Unidos que manda voluntarios a países subdesarrollados, para dar apoyo técnico e intercambiar culturas. Durante esa experiencia, trabajamos en áreas rurales desarrollando turismo comunitario. Allí vimos que a muchos viajeros les encantaron sus experiencias en las comunidades, pero no había un servicio que ofreciera eso”, explica.
La idea que trajo Fischl junto a su socio se llama Keteka, una plataforma web que ofrece un turismo poco convencional, que busca acercar el turismo a las comunidades indígenas.
Finalmente, lo que hicieron estos emprendedores fue perfeccionar servicios o tecnologías existentes y entregar algo más completo.
Y Chile, paso a paso, ha ido sumando incentivos para que cada vez sean más los emprendedores y las empresas que se atrevan a hacer de la innovación algo propio.