lunes, 17 de agosto de 2015

El difícil camino de la innovación en Chile

Pese a que el Estado lleva varios años lanzando programas para fomentar la innovación, todavía queda mucho por hacer.

La innovación, al igual que el emprendimiento, es un concepto que paulatinamente se ha ido incorporando con fuerza en la economía nacional. Una muestra de su relevancia es el énfasis impuesto por el Estado a través de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), entidad que ha lanzado varios programas al respecto.

En los últimos años, Corfo ha generado programas que buscan potenciar el interés de las empresas en la innovación, ya sea mediante el desarrollo e incorporación de tecnologías o a través de investigaciones.

Y los emprendedores, por su parte, se están arriesgando paulatinamente con productos propios e ingeniosos. Por ejemplo, ya no tratan de crear una ambulancia, sino que de generar  un  vehículo de emergencia único y mejor, inexistente en el mercado. 

Los argumentos de por qué hay que potenciar la innovación son variados, pero hay dos que resultan clave: la importancia de ésta apara aumentar la productividad y que Chile se transforme en un país exportador de tecnologías y no meramente de recursos naturales de escaso valor agregado.

Situación en Chile

Hace dos años, Corfo lanzó una serie de programas de fomento agrupados en la línea Gestión de la Innovación en las Empresas. Entre los más relevantes figuran el de “Innovación en Productos y Procesos Basados en Investigación y Desarrollo (I+D)” y el programa “Contratos Tecnológicos para la Innovación”. 

A pesar de los constantes intentos de la institución, la innovación en Chile, a nivel de empresas, aún no cobra dinamismo.

Según datos de la última Encuesta Nacional sobre Gasto y Personal en Investigación y Desarrollo, diseñada por la División de Innovación del Ministerio de Economía  y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el gasto en I+D en el país sería equivalente al 0,39% del PIB, cifra inferior y muy lejana al 2,4% que destinan en promedio los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). 

En Chile nuestras empresas hacen poca innovación. Estamos muy lejos de los estándares de la Ocde, incluso hay una tendencia declinante (...) la innovación tecnológica y la innovación en I+D, no está en la estrategia de negocios de nuestras empresas.

Tenemos que dejar de pensar a nivel local. Hoy en día hay emprendedores que están emprendiendo con un foco en el plano local y poco a poco han comenzado a darse cuenta de que también lo pueden hacer a un nivel global, porque la innovación es algo que se puede expandir.

Chile tiene un problema cultural que para avanzar y ser realmente innovador debe ser capaz de resolver. Necesitamos la prueba de éxito, para tomar decisiones, no creemos en los sueños, en las personas, subestimamos muchas veces y nos complicamos con la diferencia.

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