La última Encuesta Financiera de Hogares del Banco Central (BC) dejó en evidencia el nivel de endeudamiento de la población chilena. El sondeo, difundido en noviembre del año pasado, reveló que 73% de las familias mantiene obligaciones financieras, tres puntos porcentuales más que en la primera medición de 2007. Pero la penetración y tipo de deuda han desarrollado características distintas en cada capa social, poniendo en riesgo a algunos hogares.
Así lo muestra un análisis de la Facultad de Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD), que utilizó como base los datos del BC. A través de un indicador de carga financiera -que considera el dinero destinado al pago de intereses y amortización de la deuda sobre los ingresos mensuales del hogar-, el estudio detectó a los hogares que atraviesan por dificultades financieras. Generalmente, explica el documento, la literatura económica define como “hogar vulnerable” aquel que destina entre 20 y 40% de su ingreso mensual a pagar una deuda no hipotecaria. La UDD tomó como base un umbral de 30%.
Bajo esos parámetros, la casa de estudios identificó a 702.765 familias urbanas que destinan 30% o más de sus ingresos mensuales al pago de deudas de consumo e intereses. Este grupo, a su vez, equivale al 30% del total de hogares que reconoce mantener deudas no hipotecarias; es decir, a través de tarjetas de créditos bancarias, préstamos de consumo bancarios, tarjetas de créditos de casas comerciales, préstamos de consumo de casas comerciales, créditos automotrices y créditos educacionales.
Esto significó una expansión de la población en riesgo, al compararlo con el 25% -o 557.718 hogares- que se encontraba en esta situación, de acuerdo a los antecedentes 2011 de la encuesta del BC. Además, 16% de los hogares expuestos a dificultades producto de su carga financiera gasta mensualmente más de la mitad de sus ingresos en pagarlas.
Estos resultados podrían ser síntoma de desaceleración económica. “Los hogares recurren al crédito para tratar de mantener sus patrones de consumo. Por lo tanto, cuando la economía se contrae y los hogares ven reducidos sus ingresos, se endeudan para continuar enfrentando sus gastos”.
Los más endeudados
La vulnerabilidad derivada de los créditos de consumo se da con más fuerza entre los hogares de menores ingresos. De acuerdo al informe, 49% de los 702.765 deudores en riesgo pertenece a hogares de los deciles 1 a 5. Es decir, su ingreso mensual no supera los $ 762.434. En contraste, sólo 22% de los hogares pertenece a los deciles de ingresos mensuales más altos, superiores a $ 1.710.833.
Tal es la situación, que la mediana de las familias en riesgo de los cinco deciles de menores recursos destina 55% de sus ingresos al pago de deudas no hipotecarias.
Esta situación es aún más crítica si se consideran los ahorros y activos financieros líquidos. Las familias con menores ingresos, agrega el estudio, tienen en promedio “ahorros y activos líquidos que apenas cubrirían el monto de su deuda”. Esto genera que dispongan de fondos limitados a los que recurrir en caso de emergencia, como desempleo, enfermedades u otros imprevistos.
“Los hogares sobre endeudados son más vulnerables a shocks macroeconómicos. Si el número de hogares endeudados es alto, frente a una crisis económica, cuando la gente consume menos y no paga sus créditos, serán muchos los que caerán en mora. Entonces, se puede producir una crisis que afecte al sistema financiero completo”,
Casas comerciales
El análisis también arrojó que los hogares de bajos ingresos en riesgo financiero concentran la mayor parte de su carga en tarjetas de créditos de casas comerciales (55%), “las que tienen tasas de interés más altas y menores plazos que las bancarias”. En cambio, los hogares en riesgo financiero de ingresos altos concentran su carga en tarjetas de crédito bancarias (45%).
El 63% de las deudas reconocidas por los hogares en 2014 son de consumo, por ende, están vinculadas a tarjetas de crédito bancarias, líneas de crédito, préstamos de consumo en compañías financieras o casas comerciales, tarjetas de crédito de casas comerciales, créditos de cajas de compensación o cooperativas y préstamos de consumo bancarios. Otro 19% corresponde a deuda hipotecaria, 8% educacional -lo que incluye crédito universitario-, 3% automotriz y 7% otras deudas. Estas últimas incluyen préstamos de parientes o amigos, casa de crédito prendario (Tía Rica), crédito de prestamistas, fiado y otras deudas.
En este escenario, Es indispensable fomentar una política de educación financiera para que las familias evalúen cuidadosamente si es necesario endeudarse. “Si deben tomar un crédito, que se informen sobre las alternativas disponibles y optar por el más conveniente, de manera de evitar que una eventual reducción de ingresos o aumento de otros gastos agrave aún más su situación económica”,
Fuente diario La Tercera, 14 feb 2016
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